domingo, 12 de septiembre de 2010

PREPARATIVOS DE GUERRA

Preparativos para la guerra

Artículo principal: Pacto Molotov-Ribbentrop
Polonia fue el siguiente blanco de la Alemania Nazi. El 20 de marzo de 1939, Hitler realizó un discurso demandado un paso por el corredor polaco, para conectar Prusia oriental con el resto de Alemania, así como la anexión de la Ciudad libre de Dánzig. Dos días después, presionó a Lituania para que cediese la ciudad de Memel, actual Klaipėda. El Reino Unido reaccionó el 6 de abril, anunciando un acuerdo militar bilateral con Polonia. Muchos reconsideraron que esto representaba el fin de la política de apaciguamiento, pero en realidad Chamberlain todavía no se resignaba a ir a la guerra con Alemania. Ni Francia ni Inglaterra contaban con una estrategia de ayuda inmediata, y la Unión Soviética, el único país que parecía poder brindar asistencia militar rápida a Polonia, era rechazado por esta última, que temía por su autonomía.
El 2 de junio, Stalin tomó la iniciativa y planteó la formación de una alianza militar con occidente. Las naciones occidentales estudiaron el planteamiento soviético y enviaron delegaciones a Moscú en un velero, llegando el 11 de agosto. En este punto los soviéticos descubrieron que los delegados no tenían autoridad para firmar un acuerdo. Las negociaciones progresaron lentamente, pero se estancaron cuando Kliment Voroshílov propuso discutir la defensa de Polonia. El gobierno polaco se negó rotundamente a dejar entrar tropas soviéticas a Polonia, ya que temían que su Estado perdiera los territorios ganados en la Paz de Riga. En la tercera semana de agosto, la negativa polaca paralizó completamente el progreso de las negociaciones, incluso bajo presión anglo-francesa.

Stalin y Ribbentrop se saludan durante la firma del Pacto Molotov-Ribbentrop, que selló el destino de Polonia.
Existen dos puntos de vista principales sobre la motivación de las acciones soviéticas de los días siguientes. Historiadores han declarado que luego de la Conferencia de Múnich, Stalin creyó ver un plan occidental para empujar a Hitler hacia Rusia. Incluso después de que el Reino Unido y Francia reaseguraron sus garantías hacia Polonia, Stalin consideró que las mismas no eran sinceras, y que las democracias occidentales harían luchar a la Unión Soviética y Alemania en la primera etapa de la guerra, mientras ellas se fortalecían. De esta manera, las dos principales amenazas del Occidente, el bolchevismo y el nazismo, se aniquilarían entre sí. Sin embargo, otros historiadores han argumentado que la declaración británica sobre la seguridad polaca dio a Stalin la oportunidad de condicionar su participación en la guerra, y que la supuesta conspiración occidental fue un pretexto para justificar las negociaciones paralelas con Alemania. Además, culpan a Stalin por el fracaso de las negociaciones, ya que éste solicitó la ocupación militar de los Estados bálticos, a cambio de ofrecer su ayuda, propuesta inaceptable para los británicos y los franceses. Finalmente, claman que Stalin, temeroso de una insurrección en su contra, prefirió sacrificar el Estado colchón polaco para apaciguar a la Alemania Nazi. En ambos casos, los historiadores coinciden que el choque soviético-japonés, que se estaba llevando a cabo en ese momento en Manchuria, hizó ver a Stalin de que este no era el momento correcto para iniciar la guerra con Alemania.

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